Historia

La etimología del nombre “Capri” deriva del latín caprae (cabras), no del gringo kapros (jabalí), dunque en la isla se hayan encontrado muchos restos fósiles de este animal, La isla, habitada desde el paleolítico – época en que estaba unida a la tierra firme, fue en principio griega y después romana. Augusto, al visitarla en el 29 a.C., fue el primero que edificó una villa en la misma.

Su sucesor, Tiberio, vivió en ella desde el 27 hasta el 37 d.C. Después de Tiberio, otros emperadores vivieron en Capri y hasta el s. IV d.C. fue visitada y habitada por nobles romanos. Una vez caído el Imperio Romano de Occidente, la isla formó parte durante algún tempo del Ducado de Nápoles. En el s. VI sufrió las incursiones sarracenas y en los siguientes, el dominio de los lombardos, normandos, angevinos, aragoneses y al final de los españoles.
En los s. XVII y XVIII, la isla pasó por un nuevo periodo de fortuna, al unísono con el gran florecimiento político y artístico de Nápoles, gracias a una activa diócesis y a los privilegios restaurados por los españoles y por los Borbones.

Ciò è testimoniato dalle stupende architetture di chiese e conventi che si possono ammirare nei due centri urbani. A partire dalla seconda metà del '700, molti tra i viaggiatori che scendevano sempre più frequentemente dall'Europa settentrionale, attratti dalla solarità e alla ricerca di un mitico mondo primitivo, inclusero Capri nei loro itinerari. Dalla prima metà dell'800, in seguito alla "riscoperta" della Grotta Azzurra, visitatori italiani e stranieri, attirati dal clima, dall'ospitalità degli abitanti, dai colori e dalla magnetica atmosfera dei luoghi, iniziarono ad affluire sull'isola. Artisti, intellettuali, scrittori, esuli, ricchi ed eccentrici visitatori la prescelsero come residenza abituale o stagionale, contribuendo a creare quella variegata e cosmopolita colonia internazionale che ha reso famoso il nome di Capri in tutto il mondo. S. Borà